Deportistas en potencia

Rockaina

Oscar CUBILLO | EL CORREO | 11/02/2011

Hoy tenemos declaraciones ingeniosas y les cedemos párrafos. Nuestros protas salen de Vitoria y se juntaron «allá por el 2002. Cuando las Torres Gemelas se vinieron abajo nosotros nos vinimos arriba. Nos unió la quijotesca empresa de aportar algo de frescura a un panorama roquero tan rancio entonces como ahora. Cierta afinidad capilar entre los miembros del grupo y unos intereses sonoros comunes y corrientes hicieron el resto», desentraña el conjunto desde su local de ensayo, «adonde no llega la prohibición antitabaco».

Su bautismo es… hum… quedón. Explican ellos: «Rockaína es la sustancia estimulante y redentora que nos hemos inventado para enriquecer y amortiguar nuestro día a día. La elección del nombre es sin duda una inspiradísima acción de márketing de nuestro departamento de ventas, que lo vio claro: ‘La gente no tiene dinero para gastar en música, pero a nadie le falta su droga el fin de semana. Juguemos al narcotráfico sónico’. También nos gustaban los nombres compuestos, como Hellacopters o Gluecifer. Y, por supuesto, todo lo que acaba en ‘ina’, excepto la estricnina y el polonio, claro está».

Los rockaínos han militado en combos de gesto malencarado como Sálvate Si Puedes, Demalafé, Malayerba, The Luto o BodyMilks. Entre sus influencias reconocen «desde el primigenio blues de Alabama hasta la crisálida sonora del rock nacional vasco». Sobre sus curros de la vida real, confiesan: «Angelillo (guitarra y voz) es el menos profesional de todos. De hecho perdió el empleo, que no el oficio, por entregarse a la actividad lúdico-festiva de largarse a tocar al otro lado del charco tocando en Gatillazo (el grupo de Evaristo, ex La Polla). Actualmente se prostituye junto con Iñaki (guitarra) y Plum (la chica del saxo) en la concurrida cola del Inem. Pasivo (batería) trabaja montando muebles y el Porrax (bajo) anda en una fábrica contratado por una ETT. Además, para no aburrirnos, participamos tambien en otros proyectos como Gatillazo (Ángel), Innuit (Iñaki), Los Fontane (Pasivo) y Latirili Teatro (Plum)».

Su debut se titulaba ‘La mejor mierda’ y la hoja de promoción de su reválida asegura que los miembros de Rockaína son callejeros pero no tontos. Hum… ¿qué hace un callejero? «Todo el mundo sabe que el buen callejero no es más que un deportista en potencia debajo de una chupa de cuero. Cámbiale a un montañero el aire puro por un ducados y el agua de manantial por unas cervezas, y ahí lo tienes».

Pues estos atletas han expelido ‘En el aire’, disco de punk prosaico (Gatillazo, Kaótiko, Segismundo) y rock asfáltico (Barricada) con destellos auténticos (Gluecifer, Supersuckers, los Clash…) y una particular adaptación de ‘El vídeo mató a la estrella de la radio’ («un homenaje a toda la gente que vivió con intensidad aquellos maravillosos y peligrosos 80»). Añaden ellos: «Lo cocinamos en los laboratorios Rock Studios de Bilbo, donde nos dejamos la salud, el dinero y el amor con el incombustible Carlos Creator a la producción».