
Tres dosis de Rockaina
NATXO ARTUNDO
La banda alavesa publica su tercer álbum, en formato de trío, con el que amplían su paleta de estilos.
Leño, Enemigos, Piratas, Hellacopters o Turbonegro eran algunos de los referentes de un grupo que daba sus primeros pasos allá por 2003, tras la unión de cuatro músicos bajo la denominación Rockaina. Después de muchas actuaciones y ensayos, con toda una historia común, llega 2014 y la guitarra de Ángel ya no puede compatibilizar su labor aquí y en Gatillazo. Tampoco su voz posee el don de la ubicuidad, así que su labor como diseñador y la banda de Evaristo Páramo se llevan el gato al agua.
Tras la marcha del bajista Porrax -a Zarpazo a Cicatriz- son Iñaki (guitarra y voces), Pasivo (batería, coros y percusiones) y Mister X, Benn (bajo y coros) quienes se ponen como meta funcionar como un sólido trío. Pasa un año y ahora es el momento en el que los dos primeros álbumes -‘En el aire’ y ‘La mejor mierda’- cuentan con un más que digno sucesor: diez temas bajo el paraguas ‘Rockaina 3.0’.
«Queríamos hacer que el nombre de la banda y del disco estuvieran integrados, porque antes éramos cuatro y ahora, tres. También, por ser el tercer disco, una cosa nueva», explica Pasivo, miembro fundador de la banda, que llegó a tener incluso una quinta componente ocasional, Plum. Pero ahora todo es en base tres.
De la mano de Rock Izar Records, el trabajo ya ha llegado a puntos de distribución físicos y digitales. «Ahora queremos que se nos vea de cara al público y la idea es hacer una gira lo más potente posible, hacia primavera y verano», indica el hombre de las baquetas, que también ha buscado un potente sonido, junto asus compañeros.
Ahí está, por ejemplo, ‘El hijo prófugo’, donde reúnen a Supermán y ‘Breaking Bad’ en el mismo tema. «Nos llamamos Rockaina, así que va bien», comenta. «Hemos intentado abrir el estilo al rock desde los 70 hasta ahora y también decir lo que nos apetece en las letras. Aquí este Supermán hipotético se aburre de su trabajo de superhéroe y se va de fiesta. Empieza con un sonido a lo Red Hot Chili Peppers pero el final nos recuerda a Black Sabbath. Hay otras más al estilo de Led Zeppelin o Muse y letras que van desde el amor a una distopía futurista», expone Pasivo.
En general, el enfoque de la banda ha apuntado hacia «unas bases más potentes, ahora no hay tantos arreglos de guitarra y buscamos que todo suene más contundente». Entre los cambios, también recuerda el batería que «la voz de Ángel era muy personal» y subraya la apuesta por la potencia de la base del grupo, que le pilla bien de cerca. «He acomodado mucho la forma de tocar: antes hacía ritmos con más breaks y redobles. Ahora, tanto el bombo como las cajas están más presentes. Igual en el caso del bajo», señala.
El responsable de las frecuencias graves, londinense a la sazón, «ha aportado ideas nuevas. Tiene mucha cultura musical, como Iñaki. Benn lo ha interiorizado todo muy bien y ya suena a trío, nos solemos repartir los coros entre los dos».
El álbum ha sido grabado, mezclado y masterizado en Rock Izar Studio de Durango en mayo del pasado año. Y el responsable del registro sonoro, así como de la masterización y producción, ha sido Ibon Larrañaga. En los aspectos visuales, el diseño gráfico es obra de Nico Aguado y las fotografías del grupo se corresponden con la óptica de Nekane Fernández Ortiz de Landaluce.
Pero aún hay más. Pasivo -un mote que le cayó en la infancia- asegura que ya hay unos cuantos temas nuevos, preparados para el siguiente disco. Rockaina está cocinando.
Hacemos canciones, no estilos
Carlos González
Los gasteiztarras Rockaina, ahora en formato de trío, vuelven a la carga con la publicación de su nuevo disco.
Vitoria- Han pasado tres lustros desde que los gasteiztarras Rockaina empezaran a dar sus primeros pasos como tal, un camino que a lo largo de este tiempo ha venido acompañado por la publicación de En el aire y La mejor mierda. Eso sí, un nuevo disco llama a la puerta, un trabajo que a mediados de este mes se hará realidad palpable para el público en su formato de CD. “Tenemos muchas ganas de que salga ya”, sonríe Iñaki (guitarra y voz) a la hora de hablar de esta tercera criatura compartida con Pasivo (batería y voz) y Benn (bajo y voz), el último en sumarse al proyecto.
Una decena de temas, como El hijo prófugo, componen Rockaina 3.0, grabado la pasada primavera en Rock Izar (Durango) con Ibon Larrañaga en la producción. “Ya no queremos hacer sólo punk rock, sino mirar al rock con todo el abanico que supone. Eso hace que este disco sea bastante diferente con respecto a nuestro anterior trabajo. Es que nuestra idea es hacer canciones, no estilos y si algo nos suena bien, ya está, no hay que darle más vueltas” describe el guitarrista, que asume que “igual algunos que nos conocen de antes no terminan de entender esto, pero tampoco es algo que nos preocupe demasiado. Al que le guste bien”.
Temas más reivindicativos y críticos se dan la mano con “alguna canción de amor incluso un tema un poco futurista, de ciencia ficción”, componiendo así un álbum que, sobre todo en este aspecto, lleva el sello de Iñaki y Pas. “La entrada de Benn supuso la llegada de nuevas ideas. Nosotros estábamos en unas dinámicas y en unas maneras de hacer y él lo que ha hecho ha sido abrir un poco más el escenario. Pero para cuando entró los temas de este disco estaban hechos, así que a este respecto, él ha cambiado alguna cosilla, pero no mucho más. Ahora, eso sí, estamos haciendo canciones nuevas entre los tres, puliéndolas entre todos, sumando en grupo. Nos hemos adaptado bastante rápido en todos los sentidos. La verdad es que hemos conectado rápidamente”.
Los tres, además, tienen ganas de empezar ya con los directos para promocionar Rockaina 3.0. Hace un año desde su último concierto en casa, aunque en Durango y en Ermua el público les ha podido disfrutar no hace tanto. “Hay un poco de mono. Llevamos ya demasiado tiempo con el estudio, la portada, la post-producción… Tenemos ganas de salir del local y tocar todo lo que podamos los nuevos temas”, dice Iñaki, quien asegura que en el repertorio también se mantendrán temas de sus otros dos discos. “Somos un grupo para estar con el público y no queremos tardar” afirma a la espera de confirmar las fechas iniciales de presentación del álbum.
Con todo, la composición de nuevos temas, como decía antes el guitarrista, no se detiene. Y aunque Rockaina, después de 15 años sobre las tablas, sabe que no es bueno hacer planes a largo plazo, en la mente está volver al estudio para ir registrando las últimas canciones. “Ahora hay que trabajar bien la promoción y los conciertos, pero no perdemos de vista lo que estamos creando entre los tres y que queremos grabarlo en cuanto podamos”.
Vitoria- Han pasado tres lustros desde que los gasteiztarras Rockaina empezaran a dar sus primeros pasos como tal, un camino que a lo largo de este tiempo ha venido acompañado por la publicación de En el aire y La mejor mierda. Eso sí, un nuevo disco llama a la puerta, un trabajo que a mediados de este mes se hará realidad palpable para el público en su formato de CD. “Tenemos muchas ganas de que salga ya”, sonríe Iñaki (guitarra y voz) a la hora de hablar de esta tercera criatura compartida con Pasivo (batería y voz) y Benn (bajo y voz), el último en sumarse al proyecto.
Una decena de temas, como El hijo prófugo, componen Rockaina 3.0, grabado la pasada primavera en Rock Izar (Durango) con Ibon Larrañaga en la producción. “Ya no queremos hacer sólo punk rock, sino mirar al rock con todo el abanico que supone. Eso hace que este disco sea bastante diferente con respecto a nuestro anterior trabajo. Es que nuestra idea es hacer canciones, no estilos y si algo nos suena bien, ya está, no hay que darle más vueltas” describe el guitarrista, que asume que “igual algunos que nos conocen de antes no terminan de entender esto, pero tampoco es algo que nos preocupe demasiado. Al que le guste bien”.
Temas más reivindicativos y críticos se dan la mano con “alguna canción de amor incluso un tema un poco futurista, de ciencia ficción”, componiendo así un álbum que, sobre todo en este aspecto, lleva el sello de Iñaki y Pas. “La entrada de Benn supuso la llegada de nuevas ideas. Nosotros estábamos en unas dinámicas y en unas maneras de hacer y él lo que ha hecho ha sido abrir un poco más el escenario. Pero para cuando entró los temas de este disco estaban hechos, así que a este respecto, él ha cambiado alguna cosilla, pero no mucho más. Ahora, eso sí, estamos haciendo canciones nuevas entre los tres, puliéndolas entre todos, sumando en grupo. Nos hemos adaptado bastante rápido en todos los sentidos. La verdad es que hemos conectado rápidamente”.
Los tres, además, tienen ganas de empezar ya con los directos para promocionar Rockaina 3.0. Hace un año desde su último concierto en casa, aunque en Durango y en Ermua el público les ha podido disfrutar no hace tanto. “Hay un poco de mono. Llevamos ya demasiado tiempo con el estudio, la portada, la post-producción… Tenemos ganas de salir del local y tocar todo lo que podamos los nuevos temas”, dice Iñaki, quien asegura que en el repertorio también se mantendrán temas de sus otros dos discos. “Somos un grupo para estar con el público y no queremos tardar” afirma a la espera de confirmar las fechas iniciales de presentación del álbum.
Con todo, la composición de nuevos temas, como decía antes el guitarrista, no se detiene. Y aunque Rockaina, después de 15 años sobre las tablas, sabe que no es bueno hacer planes a largo plazo, en la mente está volver al estudio para ir registrando las últimas canciones. “Ahora hay que trabajar bien la promoción y los conciertos, pero no perdemos de vista lo que estamos creando entre los tres y que queremos grabarlo en cuanto podamos”.
Deportistas en potencia
Oscar CUBILLO
EL CORREO 11/02/2011Hoy tenemos declaraciones ingeniosas y les cedemos párrafos. Nuestros protas salen de Vitoria y se juntaron «allá por el 2002. Cuando las Torres Gemelas se vinieron abajo nosotros nos vinimos arriba. Nos unió la quijotesca empresa de aportar algo de frescura a un panorama roquero tan rancio entonces como ahora. Cierta afinidad capilar entre los miembros del grupo y unos intereses sonoros comunes y corrientes hicieron el resto», desentraña el conjunto desde su local de ensayo, «adonde no llega la prohibición antitabaco».
Su bautismo es… hum… quedón. Explican ellos: «Rockaína es la sustancia estimulante y redentora que nos hemos inventado para enriquecer y amortiguar nuestro día a día. La elección del nombre es sin duda una inspiradísima acción de márketing de nuestro departamento de ventas, que lo vio claro: ‘La gente no tiene dinero para gastar en música, pero a nadie le falta su droga el fin de semana. Juguemos al narcotráfico sónico’. También nos gustaban los nombres compuestos, como Hellacopters o Gluecifer. Y, por supuesto, todo lo que acaba en ‘ina’, excepto la estricnina y el polonio, claro está».
Los rockaínos han militado en combos de gesto malencarado como Sálvate Si Puedes, Demalafé, Malayerba, The Luto o BodyMilks. Entre sus influencias reconocen «desde el primigenio blues de Alabama hasta la crisálida sonora del rock nacional vasco». Sobre sus curros de la vida real, confiesan: «Angelillo (guitarra y voz) es el menos profesional de todos. De hecho perdió el empleo, que no el oficio, por entregarse a la actividad lúdico-festiva de largarse a tocar al otro lado del charco tocando en Gatillazo (el grupo de Evaristo, ex La Polla). Actualmente se prostituye junto con Iñaki (guitarra) y Plum (la chica del saxo) en la concurrida cola del Inem. Pasivo (batería) trabaja montando muebles y el Porrax (bajo) anda en una fábrica contratado por una ETT. Además, para no aburrirnos, participamos tambien en otros proyectos como Gatillazo (Ángel), Innuit (Iñaki), Los Fontane (Pasivo) y Latirili Teatro (Plum)».
Su debut se titulaba ‘La mejor mierda’ y la hoja de promoción de su reválida asegura que los miembros de Rockaína son callejeros pero no tontos. Hum… ¿qué hace un callejero? «Todo el mundo sabe que el buen callejero no es más que un deportista en potencia debajo de una chupa de cuero. Cámbiale a un montañero el aire puro por un ducados y el agua de manantial por unas cervezas, y ahí lo tienes».
Pues estos atletas han expelido ‘En el aire’, disco de punk prosaico (Gatillazo, Kaótiko, Segismundo) y rock asfáltico (Barricada) con destellos auténticos (Gluecifer, Supersuckers, los Clash…) y una particular adaptación de ‘El vídeo mató a la estrella de la radio’ («un homenaje a toda la gente que vivió con intensidad aquellos maravillosos y peligrosos 80»). Añaden ellos: «Lo cocinamos en los laboratorios Rock Studios de Bilbo, donde nos dejamos la salud, el dinero y el amor con el incombustible Carlos Creator a la producción».
Donde el punk y el rock unen fuerzas
Pablo CABEZA | GARA | 16/12/2010
«En el aire», publicado por Baga-Biga, es el nuevo álbum de los gasteiztarras Rockaina, grupo creado en 2004 y que hasta el momento ha dejado como muestras de su eficacia rockera una demo, un primer disco, «La mejor mierda», y el presente cedé, «En el aire», donde el punk y el rock and roll cruzan balas a corazón abierto.
«En el aire» confluye una cierta sonoridad cultivada en Gasteiz, donde los duros acordes y riffs de guitarra se mezclan con inspiradas melodías y estribillos. «Rockaina como terapia, como estimulante, como provocación, Rockaina para la calle, para las gaupaseras incondicionales y para los chicos de los locales que crecieron a ritmo de los Zika, echaron el primer polvo con Barricada, y que después de pajearse hasta la nausea con el «Apocalypse dudes», de Turbonegro, descubrieron el sexo tántrico con The Soundtrack Of Our Lives», apunta la banda, quien repasa de esta forma parte de sus querencias, intenciones y secuelas de un pasado marcado por lo más intenso del rock and roll.
Revisando las singularidades del nuevo proyecto, pronto llama la atención la colaboración de Evaristo (La Polla, Gatillazo…), quien, además, toca el piano por primera vez en un álbum. Se le puede escuchar en «3 de marzo, 2010». Siguiendo con el curioseo, mientras el desenfadado rock de Rockainas continúa de fondo, se observa que el grupo ha rescatado para el punk-rock el clásico «Video killed the radio star» (Buggles), que les queda fenomenal. «A Evaristo le pasamos una maqueta para que eligiera un tema y al final, aprovechandonos un poco de las circunstancias, se implicó en tres. Inmortalizó su piano en «3 de marzo 2010», nos regaló «Otro día más» y puso su voz en «Video killed the radio star», un homenaje a toda la gente que como él, vivió de cerca aquellos maravillosos y peligrosos ochenta en Euskal Herria, un tiempo donde todo parecía ser posible. De hecho, y en cierto modo, lo era».
No a la rutina
Temáticamente Rockaina huye de lo habitual, de las cosas peregrinas del sistema. «Nos inspira lo urgente, lo peligroso, lo triste y lo divertido, las camareras, los libros, el cine, la carretera, cualquier cosa menos lo cotidiano. Lo cotidiano no, lo cotidiano apesta. Sí, algo había que hacer con todas aquellas historias escritas con semen en papel higiénico, y ahora están en el aire». El aire turbio y acelerado de Rockaina que cuenta también con las ayudas de Pela (Obligaciones, Sumisión City Blues), Iker, de Karrozerías, y Fontane y Alberto de Antisocial.
11 bocados a eso que llamamos realidad
MIKI | PUNK-PHILOS | 24/03/2008
Sin duda alguna, éste es uno de esos ejemplos que muestran cómo de relevante puede llegar a ser, en un momento dado, el nombre de un grupo. Es un factor que, evidentemente, no tiene porqué ser crucial o definitivo a la hora de valorar una banda, pero también es indudable que, cuanto menos, constituye un activo poderoso capaz de abrir no pocas puertas. Y, por lo pronto, éste fue el caso. Eso sí, un caso humilde y modesto, ya que las puertas que ante ellos se abrieron fueron las de la morada (y nunca mejor dicho, juas) del PUNK PHILOS. De hecho, tanta fue la «hospitalidad» dispensada que no sólo llegaron a sonar en innumerables ocasiones a través del programa, sino que también aportaron una canción para el 2º de los recopilatorios que editamos e, incluso, visitaron Barna gracias a uno de los bolos que el PUNK PHILOS organizamos la temporada pasada.
Con el tiempo, uno ha podido comprobar que dicha hospitalidad es recíproca, ante lo cual aumenta la satisfacción que me produce el recordar, de tanto en tanto, aquel instante en el que me decidí a escribirles con el fin de que me enviasen el CD para la radio. Y todo fue, en gran parte, empujado por ese primer golpe de efecto que me causó ese magnetismo implícito de la palabra «Rockaina». Por si esto fuera poco, el título del disco no le iba a la zaga en absoluto: «La mejor mierda». Pues yo, tenía que probarla.
Confieso que en un primer momento los remilgos de mi caprichoso paladar hicieron que opusiese ciertos reparos, pero con un poco de insistencia y, a fuerza de tirar de la cadena de audio, para cuando me quise dar cuenta ya me había convertido en un completo adicto a una de «las mejores mierdas» que había probado hasta la fecha.
Si el envoltorio era ya de por sí una golosa invitación a este ejercicio de coprofagia musical, con esa cautivadora y sugerente portada que ya desde un buen principio augura el alto nivel del arte que nos encontraremos contenido en el interior del libreto, consumar dicho acto merced a la cata de la galleta digital me supuso adentrarme en el universo particular rockainómano, donde la exquisita lírica desplegada en todos y cada uno de los cortes se conjugaba a la perfección con un sonido cálido y cautivador, no exento de descaro, logrando evocar ambientes y recrear historias en las que cualquiera puede verse identificado.
Y es que este disco contiene 11 bocados a eso que llamamos realidad y que, bien mirado, no deja de ser, seguramente, «la mejor mierda» con la que cada persona contamos nada más nacer. De tal modo que nadie puede protestar por morirse de hambre, pero ello no elimina el riesgo, siempre presente, de acabar atragantándose. Y es aquí donde radica el secreto: no engullir ciegamente, sino masticar con tiento, para poder degustar con intensidad los episodios dulces a la vez que se aprende a encarar y atenuar la amargura de los sinsabores.
Esta materia es una de las bazas de Rockaina, donde se muestran certeros y hábiles, sabiendo ir un poco más allá, descorriendo el telón de la función de la vida para ver qué se cuece tras él, radiografiando estampas cotidianas cuyo esqueleto no es más que la frágil tensión mantenida por la dialéctica entre corazón y mente. Así se van sucediendo las alusiones a diversos temas, que van tratando conflictos y quejas, anhelos y desenfrenos: desde el emotivo retrato de una gaupasera de vuelta a casa una vez que «se encienden las luces, y se hace de día», hasta el relato de cómo uno puede acabar estrellándose en las estrellas, pasando por la elegante denuncia que se hace del robo infame al que se ven sometidos tantos niños que crecen dando «la cara a la pared», o la constatación de que las despedidas, en no pocas ocasiones, pueden ejercer de balsámicas y «merecidas vacaciones».
Y todo ello acolchado a la perfección sobre unos ritmos que saben jugar con todos los tiempos que van requiriendo las canciones, y que se sirven de una ristra de incontables matices que logran impregnar el disco entero con una riqueza extraordinaria, donde los coros son la guinda de este pastel, sumándose a la fiesta en calidad de invitados de excepción.
A caballo entre los medios tiempos y los compases de corte más acelerado, destacan por la soltura con la que recurren a pasajes que desencadenan «in crescendos» y que estallan en apoteosis finales, a la vez que hacen gala de una fina sensibilidad para facturar estribillos pegadizos.
Es con estos ingredientes que Rockaina consiguen aportar su propio sello de calidad a una música altamente genuina, con elevadas dosis de transparente personalidad y desinhibida frescura, que por méritos propios le permite hacerse con el distintivo de calidad que otorga denominación de origen a «la mejor mierda».
Ladrillo soltado por un Miki a eso de las 17:38
www.lascositasdelpunkphilos.blogspot.com
Poesías de la calle
María GÓMEZ | INSONORO | 04/02/2008
Porras, Angel, Iñaki y Pasivo son ex-componetes de formaciones como Sálvate si puedes, La Oruga o Malayerba. Así nace Rockaína, una banda que presenta su primer disco, autoeditado, compuesto por 11 temas de rock and roll, en los que se vislumbran retazos de rock, punk-rock, pop-rock, o el rap-rock, sin encasillarse en una sola corriente.
Como ellos mismos han reconocido, «no pretenden revolucionar el rock», pero lo que si consiguen es trasmitir muchísimo con este «La mejor mierda», gracias a unos estribillos que dicen mucho, a colaboraciones femeninas, a coros que quitan el hipo … y como no, gracias a unos guitarreos, y demás, bastante «decentes», por no decir excelentes.
Para este trabajo han contado con la colaboración de amigos y músicos como Plum al saxo, Oihanis Joplin en las voces o ex-componentes de Segismundo Toxicómano. El dibujante Mundina les ha hecho la portada, que es muy gráfica, y llama bastante la atención, así cómo lo hace también el libreto, que con unos simples bocetos de carboncillo consigue cautivar por su originalidad y buen gusto.
Los temas son poesías de la calle, con un espíritu muy rebelde («Si vives mirando hacia atrás no ves lo que tienes delante»), en ellos se cuentan vivencias cotidianas, como el amor, el desamor, las drogas, la falta de futuro, el consumismo…
Destacaría también la intro del primer tema en la que se dice algo como «si hay mucha música, ¡no te costará escoger!», o eso entiendo yo… La verdad, es que con tanta música como hay a veces es difícil dar con aquello ideal para escuchar en el momento oportuno. Finalizan con otro corte en el que se dice algo parecido a que si tú has sacado lo mejor que tenías dentro poco te tiene que importar si a todo el mundo no le gusta. Claro esta, que a todos no nos gusta lo mismo, ésta es una buena filosofía de vida.
«La mejor mierda» no es un disco más, de esos que escuchas unas semanas, y luego dejas metido en un cajón, o esa impresión tengo yo. Parece que tiene un ingrediente mágico que hace que el grupo tenga una identidad única. Es un trabajo que te va calando, que tiene mucho aire canalla, y que deja ver a una banda con bastantes posibilidades de hacer una música fresca, rica en matices, sorprendente…
En fin, para mí, Rockaina han hecho las cosas muy bien, y no son más de lo mismo ni de lejos. Tienen una chispa especial que les puede abrir muchas puertas.
Recomendadísimo.
Nuestra valoración: 9
Originalidad hasta en el nombre
ROCK ESTATAL | 04/02/2008
Originalidad hasta en el nombre del grupo. Rockaina trae en su debut discográfico once cortes de «La mejor mierda», como titulan su ópera prima. No inventan nada, pero todo en su primer trabajo suena a fresco a descaro y a ganas de comerse el mundo, musicalmente hablando. (…)
El disco se abre con «Otra canción», pequeña prueba de que las composiciones de la banda se alejan de forma considerable de los estándares manidos del género. Estribillos a varias voces, una base rítmica contundente y guitarras que se deslizan entre la melodía principal de la canción. «Plastilina y religión» repasa las taras con las que crecemos desde pequeños y que coartan nuestra libertad por la doctrina enquistada de la religión. En «Tu minuto» la estructura del tema vuelve a cambiar con partes del texto casi recitadas y una de las guitarras que puntea por encima de la rítmica casi de forma constante, pero el pesimismo acuciante llega hasta a agobiar. Si Rockaina tuviera acceso a las radiofórmulas «La mirada» suena a posible single y no por su comercialidad, desde el punto de vista despectivo, sino porque es uno de los mejores del tema del álbum, estribillo que engancha y canción que rebosa contenido y poesía. Con «Merecidas vacaciones», el grupo enriquece su sonido con una voz femenina en los estribillos y que aligera un tema denso en texto y en música.
Con «Todo lo que tengo», Rockaina recupera la fuerza perdida en el tema anterior, un trallazo sonoro y de adrenalina con puro y genuino rock and roll, con punteos de vieja escuela que aderezan una canción que engancha desde la primera escucha. Y así, el álbum continúa su progresión con otro de los temas que hacen de «La mejor mierda» un disco para escuchar con detenimiento, «Paisaje Nº12» detalla el desprecio que las generaciones mayores tienen hacia la forma de vida de quienes son más jóvenes y optan por ver amanecer trasnochando y no madrugando. Pero es que «Sirenas» es todavía mejor, incluso el tema más destacable del disco. ¿Quién no ha querido establecer una relación seria con alguien que sólo quiere sexo? Pues eso hecho rocanrol, suena desgarrado y penetrante. Una joya. Con «En medio de la oscuridad», Rockaina recuerda la vieja escuela del rock con una estructura y melodías que recuerdan a las grandes bandas de los 70 y algo parecido ocurre también con «¿Qué quieres?» aunque el resultado es algo más repetitivo. «Esta noche lejos» cierra el disco con un medio tiempo que se antoja por debajo de la media global. (…)
Rock and roll altamente adictivo
Charly R´n´roll | KERRANG | 04/06/2008
Rock and roll altamente adictivo es lo que nos trae esta banda de Vitoria con este disco de debut. Temas que destilan calidad y rock and roll canalla con ese descaro que tienen grupos como los Burning.
Melodías pegadizas desde el primer tema al último que te enganchan (y no te sueltan, tales como «La Mirada», o el tema que abre el disco «Otra Canción», aderezados con un sonido potente y fresco de guitarras.
Letras curradas y originales que despiden actitud callejera y rockanrollera al máximo que no te van a dejar indiferente. El espiritu rabioso de «En medio de la oscuridad», con actitud punk de gente como los Cicatriz o Eskorbuto, o esa oda a las mujeres que entran en nuestra vida en «Sirenas». Tampoco se olvidan de temas reivindicativos como la religión y la escuela en «Plastilina y religión», que a nivel de letras traen recuerdos a ese «Días de escuela» de Asfalto.
Este disco tiene todos los ingredientes para gustarte y que no lo quites de tu reproductor una vez que lo hayas puesto, y es que tiene rock and roll, puro rock and roll que te recordará a gente como Cascarrabias, Boikot o los Burning, junto a esa rabia de los Cicatriz, La Pollo o mis adorados Eskorbuto… Sublime.
Evasión – Entrevista para el correo
Pablo CABEZA | GARA | 16/12/2010
De fiesta y de resaca
«En todo rockero hay un romántico más o menos escondido» dicen los vitorianos ante la edición de un disco que gustará por igual a punkarras juveniles y a amantes del rock urbano
Son rockeros de Vitoria y se expresan tal que así. «Los cuatro somos de Gasteiz, compartimos generación, garitos y música, y también cierta atracción por las novias de otros grupos mas consolidados». Bueno, pues mejor que no lean estas páginas las novietas de Rockaína, unos tíos que no sabemos si son punkarras de la tierra o roquetas asfálticos, pero no nos vamos aponer a meditar sobre un aunto en el fondo tan trascendental. «Si somos más punkies o rockeros? -se pregunta retóricamente Ángel, guitarra y voz- Depende de si nos escuchas de fiesta o de resaca. Para los punkies más kalimotxeros resultamos bastante rockeros y para los rockeros más puristas somos unos punkies renegados… Aporta tú algo. Punk-rock… We love it!».
Jo, el Ángel se lo cuenta todo. Ya sabíamos que no iba a haber problemas de entendimiento desde que leímos su hoja de promoción, tan cáustica e irónicaal tratar los tópicos del rock auténticos. Eso, que Rockaína se toman lavida con sentido del humor. ?Estamos en ello. De momento es ella la que nos toma con humor a nosotros. Pero nos gusta reírnos. De todos modos, creemos que mantenemos una mirada sobre todo poética. En todo rockero hay un romántico más o menos escondido. O, como diría el poeta, «bajo mi chupa hay latiendo un corazón»». Huy, que nos ponemos tiernos…
Románticos no sabemos, pero ellos sí que son rockeros a tenor de su currículo:
«Iñaka (guitarra) estuvo en Malayerba, Demalafé… Porras (bajo) y yo (Ángel, guitarra) en Sálvate Si Puedes. Pas (Pasivo, el batería) en La Oruga o Superligeros… Pasivo toca ahora también en Los Fontane, de rollo surfero, e Iñaki en Innuit, que hacen un rock más stoner. Porras y yo confesamos no dar para más?.
Como Rockaína arrancaron en 2003 y debutaron en vivo en Lugo. Las influencias han mutado, pero manteniendo la raíz. «Nos influye de todo un poco. Ahora tendemos a oír cada vez cosas más viejas, pero al principio estaban Ramones,Clash, UK Subs… Cuando salió el «Salve», eso fue la hostia (se refiere al debut largo de La Polla Records), y el «Inadaptados», buahh (alienta al LP de sus paisanos Cicatriz)… El rock urbano de Leño y los Barri es pasote. Los Enemigos, Extremobuko… Cuando llegó el hardcore, flipamos: Hüsker Dü, Bad Religion… Luego Nirvana y el grunge, AC/DC, Rose Tattoo, los Pixies…».
Ángel tiene carrete para rato: «Después nos enganchamos al rollo escandinavo. Creo que con el «Apocalypse Dudes» nos seguimos pajeando todos… (ejem, habla ahora del opus de Turbonegro, y no podemos censurar el lenguaje del hacha a tenor de la lírica lúbrica de los noruegos). Entre los más actuales, Franz Ferdinand (hombre, por cierto, nos hemos enterado que los habían ofrecido barato para las fiestas de Bilbao), Mother Superior, Hell Is For Heroes…Y ya más proximas, Obligaciones, Standard… ¡Nos gusta todo! Sí hasta el batería nos ha colado alguna vez al Brad Mehldau en la fula…». Jo, vaya con el Pasivo…
Como una droga
Hum, nos hallamos así de avanzados y aún no hemos tratado el bautismo de los alaveses, muy quedón él. «Rockaína sería entender el rock como una droga. Algo peligroso que engancha y, a su vez, es capaz de clarear un día gris. Análisis aparte, la verdad es que nos gustaban mucho nombres con juegos de palabras como Gluecifer o Hellacopters. Cuando se nos ocurrió, alucinamos».
La pregunta es obligada: ¿Tomáis drogas? «Las drogas son algo universal.
No hay nadie que esté libre de ellas: legales, ilegales o mediopensionistas.Nosotros mismos esnifamos aspirinas y nos pinchamos porros como el que más. Incluso, si se tercia, en algún ensayo podemos aceptar cola-cao como estimulante».
Tras registrar una maqueta en el local de ensayo con un ordenador, opus que no creyeron oportuno editar, Rockaína entraron en los estudios Knibal (sic) para dar testimonio a la posteridad de su arte. Dejemos a Ángel que rememore la gestación del disco. «Llevas ya tiempo con el grupo, tienes un puñado de canciones, las quieres tocar en directo y necesitas una carta de presentación para que sepan a qué suenas… Por otro lado, surge la necesidad de crecer como grupo, de cerrar una etapa y sus canciones y de comenzar con otras. Necesitas pasar de página».
Ya decíamos que él se lo guisa, él se lo come, y prosigue a su bola: «Así que al lío: los previos, los arreglos, las colaboraciones, el estudio, el master, los envios, el teléfono y, por fin, la oferta de distribución (que ha sido de la marca asturiana Santo Grial). Ya tenemos el resultado y estamos contentos porque a la peña le está molando. En junio, «La Mirada» fue la segunda canción más bajada de Insonoro. Y en julio llegamos al puesto 31 de ventas en Tipo. ¡Guau!». Claro, con ese nombre y esa portada, llaman la atención.
Un poco maquetero
El álbum, titulado «La mejor mierda», que no se nos olvide informar, suena un poco maquetero, todo hay que decirlo, y hay buenos detalles de guitarras y letras (je, je… en la primera meten un piano en plan Hellacopters) que remiten a nombres establecidos de la talla de Barricada, Reincidentes, Porretas, BB Sin Sed (el sesgo vocal), Loquillo (atentos al final de «Paisaje nº 12»), La Polla de la primerísima época («¿Qué quieres?»)…
Ángel amplía nuestra visión: «No hemos inventado la pólvora, pero sí la rockaína. Hemos grabado once canciones que nos gustan mucho con mucho cariño y mucha gente buena, con muchos aciertos y algunas limitaciones. Refleja nuestra evolución musical. Hay temas de la primera etapa, más espontáneos si quieres, y otros más recientes y más trabajados. En fin, que hay que ir poco a poco, que es nuestro primer disco… Qué te voy a contar… Dale volumen». Truco fácil éste, ángel.
Le preguntamos por las letras y se extiende sobre cada tema. «Nos inspira lo cotidiano, lo urgente, las pelis, las conversaciones, las camareras…
«Otra canción» va de encontrar algo por la mañana que te empuje a levantarte. «Plastilina y religión» trata sobre la educación, de lo manipulables que somos de pequeños. Nosotros somos la plastilina. «Tu minuto» invita a aprovechar las oportunidades, pues como vienen se van. «La mirada» es un desengaño. Si sigues mirando hacia atrás, no ves lo de delante. «Merecidas vacaciones» es una relación rota, y alégrate porque sucedió. «Todo lo que tengo» señala a la zanahoria que nos ponen constantemente delante. «Paisaje nº 12» es un homenaje a las «gaupaseras» incondicionales y «Sirenas» va de alguien que pilla con alguien una noche y se enamora más de la cuenta. Es algo muy de moda. «En medio de la oscuridad» es la relación amor-odio entre el yonqui y el tema…».
Le cortamos la exposición y nos interesamos por cómo son sus bolos, a lo que responde. «El 9 de septiembre estaremos en el LantaRock junto a los Gramones y The Dealers. No dejéis de pasaros porque en el escenario nos dejamos los huevos. Va a ser un conciertazo de la hostia -sí, les gusta el rock escandinavo-. Habrá sorpresas, colaboraciones, versiones e incluso algún temita nuevo. Que, por cierto, ya hay unos cuantos».